Nuevas Tecnologías aplicadas a materiales tradicionales
El hormigón calefactable
El hormigón es un material aislante que se utiliza comúnmente para darle estructura a distintos tipos de construcciones. Pero los científicos llevan años trabajando para hacerlos más sostenibles y dotarlos de más funciones.
Un estudio llevado a cabo por investigadores norteamericanos, en colaboración con el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), demuestra que añadiendo una cantidad concreta de nanopartículas de carbón negro al hormigón se consigue que sea conductivo y permita el paso de la electricidad.
El mayor problema de esta tecnología es que en ocasiones estas nanopartículas no son capaces de crear un circuito ininterrumpido por donde pasen los electrones. Los investigadores han descubierto que la clave para que la conductividad sea optima está en la cantidad de partículas de carbon negro añadidas y su disposición en el conjunto del material.
Este “hormigón inteligente” permite el paso de la corriente eléctrica y así modificar su temperatura.. Según los investigadores, este material es mucho más eficiente para calentar un edificio que los actuales sistemas de calefacción basados en agua.
Tras muchas pruebas han concluido que lo ideal es un 4%. Con esa cantidad de carbón en el hormigón han podido ver que al aplicar 5 voltios a un disco de 5 cm3 se puede incrementar su temperatura hasta el entorno de los 40 ºC.
El hormigón calefactable permite la conductividad eléctrica que se emplea para generar temperatura, por lo que puede ser usado como sustituto de los actuales sistemas de calefacción, así como para otros usos más alejados de la arquitectura, como en la construcción de carreteras anti-hielo en zonas frías.
Si se logra emplear este material en algunos elementos estructurales de las viviendas, como los forjados, resultaría mucho más eficiente que los actuales sistemas por agua, independientemente de la fuente de energía que empleen.
Por una parte, con este sistema se evitaría instalar un sistema específico de calefacción ya que el propio hormigón se convierte en un elemento emisor de calor. Por tanto no serían necesarias complejas instalaciones, ganando en fiabilidad.
Además, como sucede por ejemplo con el suelo radiante, el hormigón calefactable ofrecería una distribución homogénea del calor.
El objetivo de los investigadores es,además de comprobar que la conductividad eléctrica funciona en el hormigón, demostrar también que sus propiedades son estables para que pueda ser usado a gran escala.
De resultar viable su aplicación en un entorno real de obra, esos 40 grados son una temperatura más que suficiente para obtener temperaturas de confort en el interior de las viviendas.
Los científicos reconocen que no es la primera vez que se consigue lograr conductividad en el hormigón, además de estar investigándose otras vías como el uso de grafeno.
En realidad, se nos ocurren muchos problemas que habría que solucionar antes de colocar en obra un material así, pero nos quedamos con lo positivo: estos nuevos materiales permitirían la construcción de edificios más sostenibles, con sistemas de calefacción más eficientes.
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